Tres carteras y un bebé

23.12.2011 14:40

No es la primera vez que un presidente del Gobierno nombra a una mujer vicepresidenta y portavoz de su ejecutivo en nuestro país, pero sí que se da, como precedente único, el caso de que esa mandataria tenga solo 40 años y un bebé de poco más de un mes. La verdadera paridad no conoce de cupos, ni de nombrar a dedo para ministerios menores a ‘floreros’, sino en confiar puestos de relevancia a personas preparadas, con experiencia en el mundo laboral, licenciaturas y carreras profesionales y que acaban de ser madres, lo son o lo contemplan como propósito en ciernes. Si bien es cierto que José Luis Rodríguez Zapatero apostó por Carmen Chacón para liderar el Ministerio de Defensa cuando esta estaba embaraza de su primer hijo, en este caso, la confianza depositada por Mariano Rajoy en Soraya Sáenz de Santamaría viene con un pan bajo del brazo. El flamante presidente se apoya y nombra como su mano derecha a esta joven abogada vallisoletana que ha sido calificada como “el cerebro que prepara los papeles al jefe”, sin importarle su sexo o descendencia.

 

Se da por supuesto que los hombres que alcanzan grandes cargos pueden compatibilizarlos con sus familias, pero siempre que una mujer se sienta en la misma silla la pregunta sobre cómo puede dividirse en ambos bandos surge marcando la diferencia. Y es que esa es la verdadera discriminación, la que pone en entredicho que una madre no pueda ser una gran directiva, ministra o trabajadora de cualquier ámbito. El cambio viene por asumir que cuando una mujer tiene la suerte de traer hijos al mundo no se vuelve menos capaz, sino, al contrario, aprende a ver eSte con unos ojos más grandes, menos “ombliguistas” y más objetivos.

 

Ser madres nos hace más generosas, empáticas y mejores personas. Del mismo modo que a los hombres, convivir con una familia nos distancia de la individualidad y nos enseña a trabajar en equipo, sorteando con paciencia los problemas internos que puedan surgir en el día a día.

 

En un gobierno, como en una empresa, las personas que lideran al resto deben ser, ante todo profesionales, su sexo no debe ser la balanza que equilibre su nombramiento, ya que, el mero hecho de hacerlo, sería discriminatorio.

 

En Imam Comunicación Marta Jiménez es madre de dos princesas llamadas Alejandra y Paula, de tres y un año respectivamente. La llegada al mundo de nuestras 'socias honoríficas' no ha mermado en absoluto su capacidad de gestión, liderazgo, imaginación, tenacidad y tiempo de trabajo. Al contrario, la ha hecho ascender hasta el Olimpo de las personas que antes de actuar, piensan en la acción que se deriva de sus actos. Como empresa liderada por dos mujeres en Imam Comunicación creemos firmemente en la igualdad, y por ello jamás preguntaríamos en una entrevista a Sáenz de Santamaría cómo puede cargar con tres carteras y un bebé al mismo tiempo... sabemos que es posible.

 

 

 


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