Periodistas de susto o muerte

02.11.2012 11:08

Cristina Marí.- Hace poco salieron varios documentales a la luz sobre el tema de la obsolescencia de los productos. En ellos se teorizaba sobre la posibilidad casi segura de que objetos como las impresoras tuvieran un determinado número de impresiones, tras las cuales se estropeaban irremediablemente. Siguiendo esta misma línea también hablaban de otros electrodomésticos y aparatos como pueden ser ordenadores, teléfonos o televisores. Aunque ignoremos esta teoría es verdad que llega un punto en el que nuestros utensilios nos dicen basta y al llevarlos a reparar nos  preguntamos si será cuestión de “susto o muerte” para que el técnico de turno nos suelte la cantinela de siempre “si es que te va a costar más arreglarlo que uno nuevo”.

A los periodistas nos pasa algo similar. Después de un determinado tiempo simplemente caemos en la obsolescencia. Hacemos carreras donde nos hablan de los grandes periodistas  y fantaseamos con que, algún día seremos como ellos. Intrépidos reporteros de guerra, ávidos cronistas deportivos… Pero la realidad es que el periodista es, básicamente, caduco, ya que no es una sola cosa a lo largo de su vida laboral. Las amenazas de un plumilla estándar se encuentran en cada rincón. Los cambios de era, los más jóvenes, la tecnología, la falta de recursos y los cambios geopolíticos. Todo afecta al pobre periodista, nuevamente ¡susto o muerte!

Nos volvemos unos expertos en cursos, que devoramos engordando nuestro currículum con miles de especializaciones, experiencias, idiomas, viajes, reciclajes y aptitudes a golpe de “susto o muerte”. El periodismo 3.0 o el 4.0, o el punto cero por el que vayamos ya, exige que cada día sea una oportunidad para reciclarnos. Experto en Community Management, especializado en relaciones públicas, másters en periodismo cultural, cursos para ser redactor de economía, medicina, deportes… Cada día, sin consultar la prensa, cuanta más mejor, es un día perdido que tendremos que recuperar en cualquier momento. Los libros, nuestros amigos, junto con los buscadores en Internet, nuestros aliados, nos ayudan a suplir las carencias que de un día al otro nos acechan detrás de la innovación y las nuevas generaciones de profesionales de todas las ramas y sectores. Como explica la fundadora y directora de The Huffington Post, "La innovación ya no es una apuesta, es una necesidad. Lo verdaderamente arriesgado es no innovar. No podemos bajar la guardia. No dejemos de innovar. Lo tenemos que hacer todos y todos los días".

Hace muy poco una oferta de trabajo revolucionaba a los miles de periodistas en paro, Mercadona solicitaba un periodista y community manager para dirigir su comunicación on line, para ello ofrecía 64.000 euros. Como explica el periodista Jose Macca en su blog del diario Valancia Plaza, los requisitos para conseguir el trabajo eran los siguientes, llevar la comunicación empresarial, destinada a generar contenidos estratégicos, creativos, dinamizadores, paraempáticos y de interés, a través de las redes sociales y otros soportes digitales,  además de ser un buen especialista en contenidos,  diseñador de páginas WEB WAP, editor de vídeos y técnico en posicionamiento SEO SEM,  disciplinas todas ellas muy técnicas que requiere de especialistas propios si se quiere ser operativo. Esto no deja de ser un claro ejemplo del “Susto” que, dependiendo de nuestras aptitudes, se convierte en un “muerte” inmediato.

Las condiciones para optar a un empleo cada día son más y los sueldos cada día más bajos, tanto que, desde Twitter son muchos los profesionales que se juntan para comentar las situaciones ridículas con las que se han encontrado bajo el hashtag #gratisnotrabajo. Los reporteros hemos sido la voz de todos, pero ahora es la primera vez que necesitamos ser la nuestra propia, como explica el profesor Calmon Alves, en un artículo de la web Universia, vivimos una “época fascinante para los periodistas" que pueden "participar en la reinvención del periodismo”.

 


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