Hola, me llamo X, y soy “nomofóbico”

15.06.2012 12:19

 

“No puedo vivir sin ti. Cuando no estás siento ansiedad, sofocos, no dejo de pensar en qué podrá pasar mientras no estamos juntos, cuántas llamadas perdidas tendré, cuantos mensajes de Whatsapp me habrán llegado... Me crispa no poder captar esa instantánea y subirla a facebook o Instragram. Qué me has hecho que me has vuelto loco”.

Hace años, cuando los teléfonos móviles que estaban de moda tenían nombres de robot; los famosos Nokia 8110, el 8210, el Alcatel One Touch Easy o el Motorola Startac, me hubiese reído si me hubiesen dicho que de mis dedos surgiría tal declaración de amor hasta este adictivo elemento.

Ni yo, ni la mayoría de los que hoy se reconocen adictos a los móviles, vaticinamos que nuestra vida iba a terminar girando en torno a ellos, y que provocarían una nueva “fobia” en la sociedad del siglo XXI. Hoy en día esos móviles arcaicos han dejado paso a los Smartphone, en principio con la misma funcionalidad; comunicarnos, aunque en realidad, y al final, permitiéndonos hacer tal número de tareas que antes, que nos han convertido en verdaderos adictos. España es el país con más teléfonos móviles por habitante, casi 10 millones de personas utilizan whatsapp para enviar mensajes o y el 33 por ciento de los usuarios navega en Internet a través de su teléfono, sobre todo para acceder a sus perfiles de Facebook o cuenta de Twitter. Esto ha provocado que no sepamos vivir sin nuestro iPhone o Blackberry  y el día que por cualquier causa no podemos hacer uso de ellos, vivimos en una situación de ansiedad y estrés provocado porque un “añoramiento” similar al de un adicto o un enamorado.

Esta sensación ya tiene nombre propio, “nomofobia” o, lo que es lo mismo, miedo irracional a salir de casa sin el teléfono móvil. Este término procede, como no podía ser de otra forma, de la abreviatura de la expresión inglesa "no-mobile-phone phobia" y fue acuñado durante un estudio realizado por la Oficina de Correos del Reino Unido encargado al instituto demoscópico YouGov para estimar la ansiedad que sufren los usuarios de teléfonos móviles. De momento no ha sido considerado por las autoridades psiquiátricas internacionales como un trastorno psicológico menor, ni siquiera como una adicción, sino simplemente como un “fenómeno social de nuestro tiempo”. A pesar de ello, otros estudios, consideran a la nomofobia como una reacción desproporcionada ante el miedo a quedarse sin la ingente cantidad de servicios que, en aumento cada día, nos ofrecen estos artilugios.

El estudio se llevó a cabo en Reino Unido en 2011 y contó con una muestra de 2.163 personas, revelando que casi el 53 por ciento de los usuarios de teléfonos móviles en este país tienden a sentir ansiedad cuando "pierden su teléfono móvil, se les agota la batería o el saldo, o no tienen cobertura". De acuerdo con este estudio, alrededor del 58 por ciento de los hombres y el 48 por ciento de las mujeres sufre de la fobia, y un 9 por ciento adicional se siente estresado cuando sus móviles están apagados. La investigación también ha demostrado que los niveles de estrés de una persona con nomofobia son equiparables con los nervios que se tienen el día antes de la boda o de la visita al dentista, algo que a muchos puede parecernos irrisorio pero que es una realidad hoy en día.

Con respecto a las razones para que la ansiedad se manifieste, el 55 por ciento de los encuestados afirmó que era por el hecho de estar “aislado” de las posibles llamadas o mensajes de familiares y amigos, mientras que un escaso 10 por ciento afirmó que la causa era su trabajo, ya que le exigía estar conectado permanentemente.

Según el Centro de Estudios Especializados en Trastornos de Ansiedad (CEETA) salir a la calle sin móvil puede crear inestabilidad, agresividad y dificultades de concentración (síntomas típicos de los trastornos de ansiedad), así como malestar general, hipervigilancia o inquietud. Una sintomatología que según el CEETA creció 13 por ciento en los últimos cuatro años, debido a que cada vez son más los consumidores que se ven atados a sus teléfonos inteligentes y a que la tecnología es cada vez más accesible y económica.

En resumen, que si eres de los que va al baño con el móvil, lo dejas celosamente a tu alcance cada noche, eres capaz de deshacer un largo camino andado porque lo olvidaste en casa, lo dejas en modo vibración cuando vas al cine o al teatro y lo consultas continuamente, está claro, que, como tanta gente, eres una víctima más de la ‘nomofobia’.


www.imamcomunicacion.com