Sara, dulce Sara, Sara...
Cuando Manolo García era la voz del Último de la Fila, una canción con nombre de princesa; ‘Sara, dulce Sara, Sara...’, era protagonista de días como este 28 de junio; aunque con menos sarcasmo y más ternura que las notas emitidas hoy ante la que es ya ‘La Sara de España’. Y es que el principal pecado de la Carbonero, además de ser novia de San Iker, y, por ello ser vilipendiada como una María Magdalena de la Televisión, es ser demasiado guapa. “No se puede tener todo, querida”, parecen decirle desde redes sociales, periódicos y demás publicaciones, “con esa cara y ese cuerpo no pretendas que te consideremos, además, lista”. Y es que a la dulce Sara, no se le pasa ni una. A esos ojos verdes les faltan un par de asignaturas para terminar la carrera, por lo que hay quienes se niegan a considerarla periodista. No importa que en esta vida seamos lo que hacemos; estudiante es el que estudia, amante el que ama y comunicador el que comunica. A esa melena infinita le faltan comentarios brillantes. Qué más da que se bata con compañeros de profesión que le sacan décadas de experiencia ante el micrófono. Lo siento Sara, eres demasiado perfecta y tienes demasiado estilo para caer bien, y, si además, cometes la imprudencia de errar, de confundirte, de ponerte nerviosa, como el común de los mortales, la pena, en tu caso; será de muerte a la princesa.
Dice el refranero popular que la suerte de la fea la guapa la desea, pero, seamos sinceros, ni el hombre es como el oso, ni, hoy en día es preciso sufrir para presumir. Ser una mujer joven, triunfadora, guapa y feliz en este país, es suficiente para que se inicie la veda del lanzamiento de piedras nacional. ¿Si el error lo hubiese cometido otra persona, hoy sería noticia con estas dimensiones? Sara yo también me he confundido, también he metido gambones en directo y he parecido tonta en un sinfín de ocasiones, como el resto del mundo, de periodistas y de personas. Mi labor ha sido la de redimirme y que una sola acción no sesgue al resto.
Levántate, coge esas piedras que te lanzan y eleva con ellas un muro que te proteja de las críticas, y no te preocupes si no eres la mejor reportera de la TV, hoy ya no existen los trabajos para toda la vida, y es tu deber seguir creciendo como profesional y persona para ser mejor.
Que “la cagada” ha sido grande, querida Sara, sí , preguntarle a un jugador que ha marcado si le hubiese gustado meter un penalti es un error en tu trabajo. Punto. Nada que obligue a nuestro país a ser rescatado por incompetencia política, guantes blancos en bancos o burbujas sopladas con furia.
Ríete de quienes no tienen tu puesto, de aquellos que no pueden dedicarse a lo que más les gusta, pero sobre todo, de ti misma, es el mejor camino para ser crecer.