Libros sin olor

01.05.2012 16:37

1 de Mayo de 2012 (Montse Monsalve).- Recientemente, por una extraña miscelánea entre el Día de Sant Jordi y mi santo, recibí un precioso centro de rosas rojas, espigas y gladiolos. Su belleza era sobrecogedora, pero apenas tenían olor. Días después me regalaron un ramito silvestre, nada comparable a ese magnífico ornamento que hoy continúa decorando mi salón, pero que, a pesar de su humildad, rezumaba un aroma embriagador. Permítanme hacer una extraña comparativa pero, considero que lo mismo ocurre con los eBooks; son sofisticados, elegantes, caros, acogen en su interior un sinfín de obras. Son cómodos, ligeros, modernos... pero... carecen del olor de un libro. No seré yo quien elabore un complejo ensayo entre unos y otros, y más ahora que me he aficionado a leer la prensa desde mi Ipad, sin necesidad de bajar a buscar los periódicos los fines de semana, pero, la realidad, es que los eBooks, del mismo modo que todo lo que se asocia con la alta tecnología, carecen de alma, y por lo tanto de percepciones sensoriales. Aunque ¿es eso tan malo?

¿Hace cuánto que no escribimos una carta? y por el contrario, ¿cuántos emails enviamos al día?, ¿vemos tanto como debemos a nuestros amigos, o nos limitamos a llamarles con el teléfono, o, en el peor de los casos a ‘WhatsAppearles’?, ¿Buscamos en enciclopedias, ojeamos, libros o nos remitimos a buscadores como google?, ¿tenemos relaciones sociales nuevas o creemos lograrlas navegando entre facebook y twitter?

Los días tienen dos ciclos, amanecen y atardecen, y ambos espectáculos son igualmente maravillosos. No debemos desdeñar una parte de ellos, ni la otra. Llorar por no ver el sol, nos abocará a perdernos el fulgor de las estrellas, por lo que, del mismo modo, los amantes de los libros impresos, los coleccionistas de aromas de papel, de cartas, de vinos en buena compañía y de armarios llenos de periódicos, podemos aficionarnos a tabletas que nos solucionen la vida en viajes, y domingos de descanso.

En mi caso he materializado unas amistades únicas gracias a Twitter, de hecho una de esas magníficas personas con cara, nombre y apellidos, la periodista Amalia Enríquez, nos llevó incluso a las dos “M” de IMAM recientemente a conocer recodos de Roma que no sabíamos que existieran, de la mano de una de las más veteranas profesionales de la comunicación de nuestro país, Paloma Sánchez Borrero. Ambas nos expusieron historias que ningún libro, en formato alguno, han podido relatar aun. ¿Es tan malo relacionarse en redes sociales, o realmente nos deriva al mismo sitio que otros cauces de amistad?

De este modo surge la duda ¿con qué nos quedamos, con la tradición o con la novedad? Pero la pregunta va más allá ¿por qué tenemos que quedarnos con una de las dos cosas?. Esa rosa silvestre que me regalaron olía deliciosamente, pero aquel centro de flores me llenó de vida, ¿se pueden amar ambas cosas?, por supuesto. Y más en días como hoy en los que los libros digitales crecen, se consolidan, en incluso se fusionan.

De hecho, según publica ABC, la librería estadounidense Barnes & Noble (B&N) y Microsoft han anunciado la formación de una alianza estratégica a través de una nueva filial que reunirá ambos negocios. ¿Cómo nos repercute esto positivamente a los consumidores?, con la entrada de este tipo de libros en el sector de la educación,  y con la globalización de contenidos generales que podrán consultar millones de usuarios.

El rotativo La Vanguardia afirmaba recientemente, precisamente el día en el que yo recibía mi precioso centro de flores, que aunque el libro digital hizo su acto de presencia el pasado lunes entre las paradas de la Diada de Sant Jordi, sigue viéndose deslumbrado por el tradicional libro de papel.

Amazon.es, uno de las principales portales de este sector, abrió por primera vez una parada en el Hotel Méridien de Barcelona, donde mostró sus ejemplares de 'ebook' y regaló descuentos y promociones entre las personas que se acercaron al lugar, un modo de comenzar a captar a un público que continúa sumido entre la paradoja de la infidelidad al sentirse sibilinamente tentado a pasarse al bando de las letras digitales.

Las editoriales españolas, conscientes, de esta reticencia a los eBooks, no se lanzan del todo a la piscina, tal y como subraya El Economista, y su oferta se queda corta. Aunque Amazon, la Casa del Libro, El Corte Inglés, Fnac.es, B de Books, Bubok y 24symbols ya se han subido al carro de la lectura digital.

Todos los días es Sant Jordi
Y es que, aunque el Día del Libro ha pasado, este tipo de análisis nos debería llevar a asumir que, como todas las jornadas conmemorativas, esta debería recordarse cada día. Para aquellos que no tengan grandes bibliotecas y les preocupa el espacio, los eBooks ahorran en gran medida nuestra inversión en estanterías.  Pero, hemos dicho que ahorramos en espacio, no en dinero.
Otra de las carencias de este tipo de soportes es que, además de no oler, su precio continúa siendo muy alto, en la mayoría de las ocasiones. En un artículo publicado en 20 Minutos, se pone de manifiesto que  mientras que las ediciones en papel gozan en Europa de un IVA reducido del 4%, los eBooks están gravados con un impuesto del 18%. La normativa europea impide aplicar reducciones fiscales a los libros electrónicos, ya que a este tipo de transacciones se las considera comercio electrónico y por tanto no se les puede aplicar un tipo superreducido.

En resumen; lo importante es fomentar este delicioso hábito, inculcar entre quienes no lo secundan la magia de sumergirse en historias, novelas y conocimientos de toda índole, ya sea desde casa, desde una biblioteca, en el metro o en una pantalla... al fin y al cabo, las letras, entran igual vengan de donde vengan y cuesten lo que cuesten.


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