El Bus; destino campaña electoral
Emulando aquel trasnochado programa, que pasó sin pena ni gloria por la parrilla de determinado canal privado, cientos de periodistas se embarcan cada campaña electoral en un autobús en el que recorren, junto con el candidato de turno, los distintos rincones de la geografía española. Su pretensión es encontrar en cada mitin un titular que les otorgue un minuto de gloria en sus informativos o en las primeras páginas de rotativos y publicaciones nacionales. Seguimientos que les llevarán a pernoctar en pueblos remotos, a recorrer ciudades desconocidas y a escuchar atentos a los distintos oradores que enarbolarán a sus partidos en polideportivos, hoteles y demás escenarios. En ocasiones deberán escuchar el mismo discurso, idénticas frases, y peroratas aprendidas que los “profesionales de la política” soltarán cuando vean encenderse el pilotito rojo que señala los directos de los principales medios.
Recuerdo a un señor de pelo blanco y mitin blando que usó el fallecimiento de un periodista en un conflicto bélico tres días consecutivos, ante los mismos periodistas que cubríamos al candidato X, aunque eso sí, con distinto público, para obtener rédito político y aplauso fácil. Quienes seguimos aquel discurso le criticamos duramente por demagogo, independientemente de la línea editorial en la que trabajásemos. Porque una campaña electoral es algo más que trabajar 16 horas diarias durante veinte días, va más allá de hacer cuatro crónicas por jornada, 3.000 kilómetros y rellenar folios y folios con notas tomas al vuelo, es una experiencia vital que todo profesional de la comunicación debería vivir.
Para los más jóvenes se trata del mejor master en política que podrán cursar. Como compañeros de asiento tendrás a algunas de las mejores plumas del país, y con ellos podrás compartir confidencias, noticias, desayunos, comidas, cenas y alguna copa.
Una campaña electoral regional o nacional nos permite sentarnos a la mesa con pesos pesados de la política nacional, que hacen la ronda por todas las comunidades autónomas para apoyar a sus candidatos. Entre plato y plato se pueden leer sus gestos, y verlos como personas. En ocasiones también nos puede provocar una sonrisa el enfrentarnos en carne y hueso a quienes han sido caricaturizados tantas veces que nos será difícil verlos animados.
Hoy los mítines los radiamos desde el iphone en redes sociales. Las frases más interesantes y mordaces navegan en blogs, publicaciones digitales y radios y televisiones al instante de ser pronunciadas. El periodismo crece, se multiplica, germina en múltiples formas buscando su finalidad; informar a la población para que tenga en su mano la libertad de conocer a quiénes habrán de votar. Independientemente de que lo que se prometa en Alcorcón o en Béjar, se cumpla o no, la labor del profesional de la comunicación que acompañará ese discurso, es traducirlo al resto del país para que no se pierda ese mensaje. Lo que aprenderá en ese autobús cada “plumilla” será durante toda su vida inalienable. Buen viaje y feliz destino.